domingo, 5 de enero de 2014

Inmigrantes apedrean desde los techos de la estación marítima a los policías portuarios

Jueves, 26 de Diciembre de 2013 14:00 , M. A.



La presión que a diario ejercen los indocumentados en la avenida portuaria ha vivido sus momentos más críticos en estos días previos a la Navidad.
Adultos y menores han buscado a la desesperada colarse en los ferrys repletos de turismos que enlazaban con Algeciras sin tener miramiento alguno ni hacia los agentes portuarios ni hacia su propia integridad. En la madrugada del 24 de diciembre varios de estos inmigrantes se subieron al techo de la estación marítima visiblemente borrachos y drogados con pegamento arremetiendo desde las alturas con piedras contra los agentes que controlaban que no accedieran a los ferrys de forma clandestina. Los agentes no pueden subirse al techo para detenerles puesto que el seguro que les ampara no cubre caídas desde este punto.

De producirse un accidente ningún agente vería cubierta su integridad. Esto hace que la propia Autoridad Portuaria rechace que los agentes suban al techado de la estación que se ha convertido en un fortín para los inmigrantes. Tampoco suben otras fuerzas de seguridad mientras, con total descaro, los inmigrantes merodean por las alturas para desde allí colarse en ferrys. Se ayudan también de cables y cuerdas. Así sucede a diario, a veces con mayor violencia como sucedió la pasada madrugada. ¿Y qué solución cabe? Resulta compleja. Si los inmigrantes son menores no cabe más que identificarles y llevarles al albergue de Hadú en donde no quieren estar con lo que saldrán al momento sin tan siquiera poner un pie en el centro. De hecho, algunos de estos menores son los que acosaban a otros internos lo que llevó a la Ciudad a contratar un servicio de vigilancia privada para frenar lo que ya se había convertido en el poder de las mafias.

Con los adultos sucede lo mismo. En su amplia mayoría son argelinos del CETI a los que solo se les identifica pero no se puede detener ya que pueden circular libremente por la ciudad mientras sus trámites de petición de asilo no se hayan resuelto. La problemática es evidente pero no la solución. En mitad de todo esto quedan agentes con las manos atadas y tragedias latentes.


Font: http://www.elfarodigital.es/

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