miércoles, 21 de septiembre de 2016

POLICÍA PORTUARIA Y RACANERÍA



Quisiera reflexionar esta semana sobre una institución pública cuya importancia e influencia traspasa los límites de la ciudad de Alicante. Durante mucho tiempo proyectó la imagen de ser retiro dorado de personalidades del Partido Popular (citemos, por ejemplo, a José Joaquín Ripoll o Miguel Campoy) que disfrutaban de una jugosa nómina y una posición de prestigio en la ciudad y en su parido político. Me refiero, efectivamente, a la Autoridad Portuaria.

Nadie duda de que el Puerto ha sido un espacio de negocio, ocio y, especialmente, de trabajo para los alicantinos. Quizás por vivir en El Pla Portuarios me ha llamado la atención la denuncia de los trabajadores de la policía portuaria que ven cómo a base de acuerdos entre la Autoridad del Puerto y el Ayuntamiento de Alicante (el último que se pretende firmar permite a la policía local denunciar vehículos en zona portuaria) se están quedando sin poder ejercer sus funciones y además estancados en número de efectivos.

Con un 45% de agentes con contratos temporales que se renuevan desde hace una década, no es de extrañar que el comité de empresa alce la voz pidiendo respeto por su trabajo y por sus compañeros.

Es más, los datos que nos ofrecen son de una contundencia que no dejan espacio para el beneplácito de la duda. ¿Cómo es posible que, con una previsión de 54 escalas de cruceros para este año 2016, que supondrá la llegada de aproximadamente 100.000 turistas, el Puerto de Alicante únicamente dispongan de una plantilla de 35 efectivos? ¿Y además, son trabajadores que deben controlar una superficie de más de 1.600.000 metros cuadrados entre muelles y zonas de acceso?

Y tampoco olvidemos, que tanto la venta ambulante como la gestión de tráfico en el interior de la zona portuaria es de su competencia pese a que desde hace meses también intervienen en estas situaciones los agentes de la Policía Local de Alicante. La solución para esta carencia de trabajadores no puede pasar por externalizar con servicios privados o con otras policías estas funciones. No es una cuestión de racionalizar recursos, es más bien un problema de racanería que únicamente se entiende porque el dinero se ha gastado en otros menesteres. Si el Puerto de Alicante pretender crecer ha de contar con trabajadores suficientes para todas estas tareas, en las mejores condiciones posibles y sin creer que otros solucionarán sus carencias.


Referencias:
http://www.elmundo.es

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